Si hace 100 años la revolución constructiva fue el hormigón, en el siglo XXI lo está siendo la madera. Pero no una madera cualquiera; hay que saber elegir esa nueva madera: técnicamente tratada para hacerla más robusta que el acero, más ligera y flexible que el ladrillo, resistente al fuego, eficiente, aislante, duradera, antisísmica, de rápida instalación y, lo más importante, medioambientalmente amigable.
Frente a la actual crisis ambiental es muy importante que la madera proceda de bosques y plantaciones gestionados de forma responsable y cumpla con los 10 principios de FSC. Sólo así, cuanta más madera certificada se utilice en la construcción, más y mejores masas forestales habrá en el planeta, más estaremos luchando contra el cambio climático pues se comportan como eficientes sumideros de carbono que evitan la liberación de más CO2 a la atmósfera, mejor se vivirá en las zonas rurales gracias a sus beneficios económicos, mejor conservada estará la biodiversidad.
No lo dudes. Las edificaciones de madera combinan un elevado confort interior con un consumo de energía muy bajo, casi nulo, y a un precio cada vez más asequible.
- Tan natural como la naturaleza misma
- Arquitectura sostenible
- Igual o más barata
- Edificios bellos y luminosos
- Obras rápidas y seguras
- Tan versátil como un bosque
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